La solución para que la moto de campo sea aceptada por gobiernos nacionales y regionales, así como por entidades medioambientales y por el público general, pasa por conseguir un modelo de moto que sea silenciosa y no contaminante, pero que también disponga de todas las prestaciones que un usuario de una moto de campo busca, para no perder la esencia del deporte. Y esto es precisamente lo que han hecho en Stark Future, la nueva marca de motos eléctricas de campo de última generación, con su modelo Varg de motocross, a la que hemos podido subirnos.

La marca Stark Future nace de la unión de dos socios del más alto nivel en el mundo de la moto de campo, Anton Wass, fundador de 24MX, y Paolo Soucy, ex ingeniero de KTM. Además, a los conocimientos de ambos se ha unido la experiencia de Sébastien Tortelli, dos veces Campeón del Mundo de motocross, que ha trabajado en el desarrollo dinámico de la moto.

Cuando anunciaron la creación de su primer modelo, la Sark Varg, lanzaron una preventa que ha conseguido la increíble cifra de 10.000 unidades reservadas en 6 meses, superando con creces su previsión de ventas. Por ahora, la producción en 2023 será de 5.000 unidades, pasando a 60.000 en los años siguientes.

Otro punto a destacar es que la fabricación de la Stark Varg se realizará en Barcelona, con un 90% de componentes fabricados en Europa.

Prestaciones eléctricas

El motor de 60cv es totalmente configurable en porcentaje de entrega de potencia y en la forma de entrega de esta. Esto quiere decir que podemos hacer que la moto rinda exactamente los caballos que queramos, dibujando además nuestra propia curva de potencia. De este modo podemos elegir entre más de 80 modos distintos, creando “diferentes motos”, por ejemplo, podemos hacer que se comporte como una 125 2T.

Con la moto en máxima potencia las prestaciones son espectaculares, trasmitiendo mejores sensaciones que una 450cc de combustión actual, tanto en facilidad de uso como en rendimiento. Algo que pudimos comprobar de primera mano ya que llevaron los 6 modelos de combustión más punteros del momento para que pudiéramos comparar. Y todos los periodistas hicieron mejores tiempos con la Stark que con las de combustión.

A todo esto, hay que sumar el silencio casi absoluto mientras rodamos con la Stark, ya que el sonido del motor es poco más que el de un coche teledirigido de niños. Por otro lado, la contaminación es cero, siendo estos dos puntos clave, ya que una vez que comprobamos que podemos disfrutar de un nivel de prestaciones igual o mayor que una moto de gasolina, hacerlo en silencio y sin contaminar va en línea con las necesidades actuales.

Tener estas prestaciones en total silencio hace que podemos disfrutar de nuestro deporte sin quejas de otros usuarios del medio natural sin molestar a fauna cercana, por lo que dos de los principales problemas de la moto de campo se solucionan de forma instantánea. Las emisiones son cero, como todos los vehículos eléctricos durante su funcionamiento, por lo que tampoco tendríamos impedimentos en el uso en el medio natural en este sentido.

Visto todo lo anterior, el único punto que quedaría por saber es la autonomía, un punto crítico en todos los vehículos eléctricos. Durante la prueba hicimos tandas de 4 vueltas al circuito, unos 9 minutos, y la moto era puesta a cargar entre cada cada manga, por lo que no pudimos comprobar el consumo de la batería de principio a fin. Pero según nos contaron los ingenieros de la marca, Sébastien Tortelli tarda 27 minutos en agotar la batería yendo a su máximo nivel y en la máxima potencia, lo que significa que un aficionado medio tendrá una autonomía de aproximadamente una hora rodando en circuito a potencia máxima, que variará dependiendo del nivel del piloto, de la potencia elegida y del tipo de circuito.

Rodolfo Martínez, responsable Moto de Campo Sostenible.

Por ahora cuentan únicamente con este modelo de motocross, pero pronto llegarán modelos de enduro, donde la autonomía puede ser mayor haciendo sendas reviradas, pero menor si hacemos caminos y pistas. Donde más potencial parece que puede tener es haciendo enduro difícil o directamente enduro extremo, donde las velocidades son bajas y la potencia requerida es menor, pudiendo usar el par motor a muy bajas revoluciones.

Futuro eléctrico de la moto de campo

Viendo las prestaciones que han conseguido en este modelo, el futuro de la moto de campo eléctrica es prometedor. Aunque las restricciones medioambientales son cada vez mayores y seguirán aumentando, las motos eléctricas de campo serán mejores que las de combustión, como ya hemos podido comprobar en esta Stark Varg. El problema de la autonomía será mitigado cada vez más y, para un uso deportivo, tendremos más que suficiente.

Con esto nos referimos a que hacer una hora limpia de mangas de motocross a ritmo alto, o enduro extremo durante tres horas, son suficientes para realizar un buen entrenamiento en un perfil de usuario que busca rendimiento. Los usuarios que busquen hacer caminos o pistas en un modo más lúdico y menos deportivo, tendrán las limitaciones comunes a todos los vehículos eléctricos actuales.

Nos quedamos a la espera de ver cómo serán los próximos modelos de la marca, sobre todo los de enduro, y de saber cuál será la autonomía final de las motos de producción. Pero, sin duda, todo parece sumamente prometedor.